Breve historia de la inteligencia artificial
La inteligencia artificial es una tecnología cuyo origen se remonta a los años cincuenta del siglo pasado. Alan Turing es el primero en plantear la posibilidad de que las máquinas pudieran ‘pensar’ en su artículo “Computing machinery and intelligence” y crea una prueba, test de Turing, que todavía sigue siendo relevante, para evaluar la capacidad de las máquinas para actuar como humanos. Sin embargo, no fue hasta 1956 cuando John McCarthy, Marvin Minsky y Claude Shannon acuñan el término por primera vez en la conferencia de Dartmouth (Hanover, EE.UU.).
En 1997 se produce un gran hito en la historia de la inteligencia artificial. Por primera vez una máquina, Deep Blue, vencía al campeón mundial de ajedrez, Gary Kasparov. La repercusión mediática acercó la inteligencia artificial al gran público.
En la segunda década del siglo XXI, se produce un gran salto en el desarrollo de la tecnología y las aplicaciones de IA: Siri, Alexa, los coches autónomos, los chatbots...
La inteligencia artificial ha ido escalando peldaños y lejos de convertirse en el sustituto de los humanos, como lo más catastrofistas aún auguran, empieza a ser vista como un importante potencializador de las capacidades humanas que tiene en la IA generativa su máximo exponente.
La IA generativa es una forma de aprendizaje automático capaz de crear contenido (texto, imágenes, voz, código e, incluso, vídeos) único y nuevo a partir de contenido existente, pero también de crear nuevos diseños de productos u optimizar los procesos comerciales.
Su irrupción en el mercado, con el lanzamiento de ChatGPT, ha marcado un punto de inflexión en la forma de trabajar y en la colaboración hombre-máquina. Así lo pone de manifiesto el último informe hecho público por la Organización Internacional del Trabajo (OIT),"La inteligencia artificial generativa y el trabajo: un análisis global de los efectos potenciales sobre la cantidad y calidad del empleo”. Este estudio sugiere que la introducción de las nuevas tecnologías no destruirá el empleo, más bien lo aumentará y "transformará".
Hoy, se sabe que, si bien la IA generativa automatizará completamente determinados puestos o funciones, también se sabe que repercute directamente en la productividad- por ejemplo, la incorporación de la IA generativa en el departamento de marketing permitirá a las empresas a agilizar y automatizar el proceso creativo, ahorrando tiempo y recursos en la elaboración de productos originales- y que generará puestos que hoy no existen como ingeniero de prompt, experto en automatización robótica de procesos o auditor de algoritmos.