Tras explicar tres de los cinco pilares para un enfoque de solución que ayude a mejorar las experiencias con los clientes en el primer y el segundo artículo sobre este tema, en esta tercera y última parte, se analizarán los dos pilares finales: cuál es el momento en el que realmente nos jugamos dar una mejor experiencia y cómo se mide si se está haciendo bien.
Activación en el momento adecuado en cualquier “journey”
Las experiencias deben proporcionarse de manera consistente para que los clientes sientan una experiencia fluida y sin fricciones. Esto significa orquestar correctamente todos los “journeys” de principio a fin en los que cada cliente puede estar inmerso, incluidos los que abarquen varios canales, y en cada punto de contacto mantener conversaciones con un contenido relevante determinado instantáneamente si es necesario. Por lo tanto, el enfoque va más allá de “journeys” comerciales proponiendo abordar de manera conjunta otros “journeys” donde sea necesario la ejecución de un proceso más operativo, como los relacionados con el servicio.
Por ejemplo, el cliente llama con una queja y la organización está en medio del proceso de resolverla. Este “journey” de resolución puede enriquecer los journeys más comerciales, al aportar un contexto que mantenga al cliente alejado de mensajes de ventas o al que le se muestran mensajes más empáticos mientras no se resuelve la situación. O, en el caso de una contratación de un producto o servicio, se tendrá un proceso de compra que puede estar implementado en una plataforma de e-commerce o el CRM y estar desplegado en varios canales para facilitar la contratación.
Para diseñar, orquestar y ejecutar cualquier tipo de “journey” por cualquier canal, se necesita una capacidad que integre la decisión inteligente con la gestión y automatización de los procesos de negocio que interactúan con el cliente. Estos procesos deben estar conectados con las plataformas y canales de comunicación con los clientes. Así, las organizaciones pueden activar estas decisiones de forma efectiva y coordinada en cualquier canal y en cualquier “journey” o proceso de negocio que involucre al cliente.