La pandemia ha acelerado la necesidad de contar con medios que nos permitan el acceso a la información en cualquier lugar y momento. Esta situación ha ‘forzado’ a las organizaciones a migrar la nube. Prueba de ello es que la inversión en servicios cloud ha aumentado un 34% en el primer trimestre de este año, hasta alcanzar los 52.700 millones de dólares, según Synergy Research. Destaca la partida destinada a servicios públicos de Plataforma como Servicio (PaaS) que, sólo en el periodo citado, creció un 37%.
Hoy la demanda de soluciones PaaS es una tendencia generalizada en todos los sectores no sólo porque permiten a las compañías dar un mejor servicio a los clientes y aumentar su agilidad, también porque permite liberar capital para impulsar otras inversiones. Las grandes organizaciones con un alto gasto en infraestructuras propias son las más interesadas en moverse a la nube debido al ahorro que supone. La demanda de estos servicios se centra fundamentalmente en los servicios de procesamiento/integración y almacenamiento del dato, aunque también aumenta el interés en servicios que permitan extraer todo el valor a la información que se maneja de una forma lo más automatizada posible. Hablamos de la capacidad de la toma de decisiones mediante procesos de Machine Learning o la integración de la cantidad ingente de datos que puedan llegar desde los dispositivos IOT. Asimismo, crece la demanda de todos aquellos servicios que potencien el retorno de la inversión sobre la información gestionada.
El canal, un terreno por explorar
Todavía es pronto para asegurar que el modelo PaaS ha calado dentro del ecosistema de partners. Actualmente, son los grandes proveedores de servicios en la nube los que tienen una posición predominante, en cuanto a número de servicios y utilización de éstos. Pero es cierto que el canal ya muestra cierto interés por ofrecer esta clase de servicios con productos específicos.
La incorporación de servicios PaaS a su cartera ‘exige’ al partner ofrecer formación y soporte sobre su producto para que las empresas que lo utilicen tengan una seguridad de uso y puedan ejecutar sus proyectos con éxito. Además, deben demostrar tener capacidad para evolucionar el producto para adaptarse a un mercado que cada vez será más competitivo y ofrecer mejores soluciones y productos.