Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que este año se celebra bajo el lema “Por un mundo digital más inclusivo. Innovación y tecnología para la igualdad de género”, Cognizant dedica el mes de marzo a visibilizar el talento TIC femenino de la organización. Durante todo el mes, Cognizant publicará en el blog una serie de artículos y entrevistas con algunas asociadas que contarán en primera persona su experiencia en un mundo tradicionalmente masculino.
Muy pocos conocen nombres femeninos de la historia de las TIC, pero, como dice el dicho, “haberlas haylas”. Ada Lovelace, madre de la programación informática, Hedy Lamarr, creadora de un sistema inalámbrico para misiles, germen del wi-fi, o Ángela Ruiz Robles, inventora española que desarrolló la enciclopedia mecánica, precursora del ebook, son algunas de las mujeres que han contribuido al avance de las TIC en nuestra sociedad. Pero si han existido y existen, ¿por qué no se les da voz como a sus homólogos hombres?
Los atributos y cualidades que la sociedad ha ido creando a lo largo de los siglos en torno a la figura de la mujer están detrás. Los estereotipos de género en el terreno educativo y social asociados a la ciencia y tecnología han masculinizado estos sectores hasta convertir a la mujer en una “rara avis”. Los datos hablan por sí solos. Hoy solo el 0,7% de las adolescentes quiere estudiar un grado STEM, según el Observatorio Social de la Fundación «la Caixa», y apenas el 13% del total de universitarias de nuestro país cursa estudios relacionados con la tecnología. Las cifras muestran una importante brecha de género también en el mundo laboral, donde tan solo el 1,7% de las mujeres españolas ocupadas y en activo trabajan en entornos de tecnologías digitales, según Eurostat, frente al 6,19% de todo el empleo masculino.
Revertir esta situación pasa por que las instituciones, como están haciendo, eliminen sesgos en la enseñanza reglada y desvinculen la figura de la mujer de determinados roles y atributos que condicionan su currículo académico y profesional, y que la sitúan en una situación de desventaja en plena digitalización de la sociedad; y por que se eliminen patrones impuestos desde la infancia en el hogar que consideran las tareas domésticas propias de la mujer. Tal y como recoge el informe de Unicef “Aprovechando el Poder de los Datos para las Niñas: balance y perspectivas para el 2030”, las niñas de entre 5 y 9 años dedican un 30% más de tiempo que los niños a las tareas del hogar a nivel mundial, una brecha que se intensifica a un 50% en la adolescencia. El mundo empresarial también debe ser parte de la solución dejando de legitimar roles propios de siglos pasados y aceptando la diversidad no como un factor limitante sino como un valor enriquecedor
En Cognizant trabajamos en varios frentes, ofreciendo charlas en los colegios y colaborando con asociaciones como AENEMER para fomentar la vocación técnica de la mujer. En este sentido, también articulamos un programa de becas, Cognizant Lady Tech, y formarnos parte de la iniciativa “STEM for Comillas” de la Universidad de Comillas, que tiene como objetivo el desarrollo de una educación STEM de calidad, inclusiva y sensible al género en edades tempranas. A medio plazo, exploramos la posibilidad de relanzar un programa de mentoring, en el que nuestras asociadas se conviertan en referentes para las nuevas generaciones de chicas STEM.