Sanofi y Cognizant se suman a la celebración del Día mundial del braille, que se celebra el 4 de enero, con el proyecto Theia que busca, al igual que el sistema de signos, crear un mundo más justo e inclusivo para las personas invidentes y con deficiencia visual.
La accesibilidad a la información para las personas ciegas o deficiencia visual dio un salto cualitativo con la creación en el siglo XIX del sistema de lecto-escritura táctil, braille. Si bien es verdad que, a lo largo de la historia, ha habido diferentes inventos (letras en madera, nudos en una cuerda, etc.) para facilitar la lectura y la escritura a las personas invidentes, no es hasta 1827 cuando Louis Braille, estudiante ciego del instituto fundado por Valentin Haüy, crea un alfabeto sobre el sistema puntiforme desarrollado por Charles Barbier de la Serre, que se convierte en un factor clave para la integración social y educativa de las personas ciegas o con deficiencia visual. Prueba de ello, es que, a partir de 1853, se convierte en el sistema internacional de comunicación para este colectivo. Desde entonces, decenas de generaciones han accedido a la información, la educación y a la cultura a través del tacto, permitiéndoles desenvolverse con naturalidad en la sociedad.