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Cognizant blog

Nunca la industria de los medios se ha enfrentado una tecnología con tantos matices como la inteligencia artificial (IA) generativa o GenAI. Por un lado, la tecnología ofrece opciones ilimitadas para crear nuevos productos y emocionantes experiencias en tiempo real. Por otro, plantea espinosos asuntos legales a los creadores y los propietarios de contenidos.

Quizá lo más intrigante es que la IA generativa va a jugar un papel clave en la resolución de los desafíos que ha contribuido a generar.

Para las compañías de medios, la avalancha de preguntas sobre las oportunidades de ingresos va acompañada de otras tantas incógnitas sobre los derechos de autor. La industria se prepara para grandes cambios, pero los propietarios de la propiedad intelectual (IP) y la cadena de difusión de contenido no saben ni cómo ni cuándo ocurrirán.

A medida que el sector se prepara, Cognizant escucha a los clientes, con el objetivo de poder orientarles sobre cómo encontrar el equilibrio entre los riesgos y los beneficios mediante la protección proactiva de los derechos de autor, la exploración de la gestión de los riesgos globales, el impulso de los ecosistemas de creadores de contenidos y la importancia de la política y la gobernanza.  

¿Puede la IA generativa ser un creador de contenido?

Los derechos de autor siempre han sido complejos para los programadores que gestionan y protegen el contenido. Ahora, las herramientas de GenAI que recopilan texto, imágenes, vídeos y música que entrenan grandes modelos de lenguaje (LLM) están poniendo patas arriba los procesos de gestión de derechos, que ya eran complicados para dar cabida a una distribución que incluye el streaming y los canales digitales, así como la televisión y la taquilla.

Si 2023 fue el año de conmoción y asombro ante la rápida adopción de la IA, el 2024 está siendo el del despliegue y la monetización.

Un estudio de Cognizant indica que la adopción de la GenAI seguirá una curva en ‘S’ similar al de otros avances tecnológicos: un aumento gradual, pico espectacular y una meseta en la que la tecnología se perfecciona y se generaliza.

 

No es de extrañar que el auge de la IA cause preocupación entre los creadores y los propietarios de contenido. Hasta ahora tenían pocas opciones de controlar el uso que hacen los LLMs de su contenido. Google-Extended sigue siendo una excepción, pues permite a los editores web no usar sus datos y contenidos para entrenar a modelos de IA y que sigan apareciendo en los resultados de búsqueda.

La IA fue el centro de las protestas del gremio de los guionistas y actores del pasado año y los directivos de Hollywood continúan debatiendo el impacto de la tecnología en los estudios y los artistas. Una variada lista de creadores está recurriendo a la ley de derechos de autor en busca de protección; el New York TimesGetty Images y la cómica Sarah Silverman manifiestan objeciones legales similares: que los LLM se forman sobre contenidos que han creado sin su consentimiento. Los músicos se plantean ir a los piquetes por cuestiones que incluyen la IA y las acciones legales se extienden también al código. Una demanda colectiva se dirige contra Microsoft, GitHub y OpenAI por permitir que el asistente de codificación GitHub Copilot, impulsado por IA, se entrene en repositorios públicos y viole los términos de la licencia de código abierto.

Estos hechos ponen de manifiesto la tensión latente en torno a la IA generativa y a la legislación sobre derechos de autor. En Estados Unidos, estas leyes prohíben la protección de los derechos de autor para los productos generados por IA que no sean obra exclusiva de sus autores, pero la ley se considera ambigua y sujeta a interpretación. La defensa del uso legítimo depende de si el resultado de la IA se considera transformativo, es decir, si utiliza un trabajo protegido por derechos de autor de forma claramente diferente al original. En 2023, el Tribunal Supremo de EE.UU. dictaminó que los retratos serigrafiados del artista pop Andy Warhol no eran transformadores y no constituían uso legítimo.

Aún se desconoce cómo afectará esta decisión a los creadores digitales. Mientras tanto, los derechos de autor de las obras generadas por IA siguen siendo objeto de investigación. Un juez federal dictaminó recientemente que las obras de arte creadas por IA no podían protegerse mediante derechos de autor y la Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. canceló el registro de derechos de autor de una novela gráfica generada parcialmente por IA.

Navegando por el nuevo escenario del contenido

Dada la preocupación de la industria y las posibles complicaciones legales, hay una presión creciente para que las compañías de medios prioricen estrategias de mitigación y medidas proactivas, y que otorgue a la GenAI un papel en el proceso. A continuación, cuatro recomendaciones sobre cómo los autores pueden utilizar la tecnología para navegar por este entorno.

  1. Nuevas formas de proteger proactivamente los derechos de autor. Los propietarios y los distribuidores de contenidos son la primera línea de defensa cuando se trata de salvaguardar el contenido y la IP. El software de gestión digital de riesgo (Digital risk management, sus siglas en inglés DRM) es cada vez más necesario para identificar riesgos y desarrollar estrategias utilizando técnicas avanzadas, como el machine learning (ML).

    Sin embargo, la GenAI hace lo posible para proteger el contenido de forma más sencilla y conveniente.
  • Categorización de contenido: las herramientas de GenAI pueden categorizar automáticamente nuevos contenidos en función de los metadatos, el género y otros factores.
  • Aplicación dinámica DMR: la GenAI aplica automáticamente configuraciones DRM adecuadas a cada pieza de contenido en función de la categorización del contenido y el análisis de licencias.  
  • Personalización geográfica. Las configuraciones DRM se adaptan en base a la ubicación geográfica del usuario, en cumplimiento de las leyes locales y de los acuerdos de licencias. 

2. Implementa un sistema de gestión de riesgo global. Si bien las compañías de medios tienen sistemas de gestión de derechos para cada región geográfica, el objetivo de un único sistema global siempre se ha visto como algo remoto. Esto ha cambiado. La automatización basada en la IA generativa presenta características que acercan los sistemas mundiales a la realidad. Con su capacidad para, por ejemplo, escanear los acuerdos de licencias y extraer los términos fundamentales, como las restricciones geográficas o las fechas de vencimiento de los contratos de derechos de los medios, la tecnología hace posible los sistemas globales de gestión de derechos. Es un avance clave para los sistemas que alimentan las cadenas de suministro de los medios de comunicación y que suelen estar infrautilizados. Aunque no es una empresa pequeña, un sistema global de derechos encierra el potencial de la eficiencia operativa y la mejora del control de la propiedad intelectual, y la monetización de los contenidos.

3. Impulsa la transparencia, el respeto y la colaboración con el ecosistema de contenido. Los sistemas de inteligencia artificial no son ‘cajas negras’ inmunes a las protecciones de los derechos de autor. La creación de un modelo de negocio sostenible que incorpore sistemas de IA requiere asociaciones que incluya creadores y productores de contenidos junto con las compañías de inteligencia artificial. No crear ecosistemas inclusivos suele aumentar la resistencia al cambio. Además, la inclusividad es especialmente importante porque, entre las cualidades más intrigantes de la IA generativa, está su potencial para equilibrar situaciones.

Para el éxito de la adopción de las tecnologías disruptivas, los creadores de contenidos deben trabajar de forma estrecha con los editores y otros usuarios para desarrollar una propuesta ganadora. Esta podría venir en forma de casos de uso que crean operaciones de contenidos más eficiente mediante la automatización de tareas rutinarias, recreando la IP para diferentes canales de distribución e incentivando a los creadores a adoptar nuevas herramientas para desarrollar contenido más creativo.

4. Redobla la política y la gobernanza. Los autores deberían asociarse con gremios, el gobierno y contribuidores individuales para preparar políticas de gobernanza y uso aceptable. Estas políticas permitirán avanzar tanto en el consumo legal del contenido y su justa compensación. Un entorno de gobernanza también aborda las preocupaciones éticas, económicas y sociales que rodean a la GenAI. La gobernanza es prioritaria para la mayoría de las empresas de medios y muchas están participando en gremios y organizaciones gubernamentales. Son actores fundamentales en la evolución de panorama tecnológico y legal.

A medida que la industria de los medios navega por el complejo terreno de la GenAI, es crítico encontrar el equilibrio entre su potencial para la innovación y para abordar los desafíos normativos.

Para los propietarios de los contenidos, el objetivo es proteger proactivamente la IP a través de estrategias de gestión del riesgo digital, sistemas de gestión del riesgo globales y ecosistemas colaborativos con énfasis en la política y la gobernanza. La clave es integrar las estrategias para aprovechar los beneficios de la IA al tiempo que se garantiza la protección de los derechos y las contribuciones de los creadores y, en consecuencia, impulsar un entorno de contenido sostenible y que cumpla la ley.

Para más información sobre el mercado de la GenAI, lee nuestro informe La IA, una nueva era


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