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Casi el 90% de los bienes que se transportan por el mundo lo hacen por mar en algún momento, lo que significa que estos bienes necesitan transitar por dos puertos (uno de salida y otro de llegada) antes de que lleguen a su destino por tren, camión o avión.

Por lo tanto, si un puerto experimenta disrupciones operativas de cualquier tipo (tráfico, capacidad, escasez de personal, etc.) impactará en las operaciones marítimas. Si bien es difícil estimar el impacto económico y ecológico de estos incidentes, un estudio realizado a pequeña escala pone de relieve que hablamos de varios miles de millones de dólares al año en todo el mundo.

Antes de identificar las áreas en que las que transformación digital puede tener impacto, es importante revisar los principales motivos de la disrupción y evaluar el potencial mejora de la tecnología.  

Problemas clave en las operaciones portuarias

Atasco. Los puertos se enfrentan a menudo a desafíos relacionados con los atascos, que pueden desembocar en retrasos en las llegadas y salidas de los buques. Por ejemplo, el puerto de Los Ángeles, uno de los de mayor actividad de todo el mundo, sufrió este problema en 2021, con buques esperando durante días e, incluso, semanas, a ser descargados.  

Limitaciones de infraestructura. Insuficiente espacio en los muelles, equipamiento desfasado o almacenes poco adecuados pueden dificultar las operaciones portuarias. Por ejemplo, un puerto puede carecer de las grúas necesarias para manejar de forma eficiente los barcos contenedores, lo que puede provocar retrasos y otros problemas.

Conflictos laborales y escasez de mano de obra. Los problemas laborales, como huelgas, paros o falta de personal, pueden perturbar las operaciones portuarias. Estos conflictos pueden originarse en la falta de acuerdos entre los sindicatos y la gestión del puerto en relación con los salarios, las condiciones laborales y otros temas. Por ejemplo, una huelga en el Puerto de Vancouver en 2021 produjo importante trastornos y retrasos en el manejo de la carga.

Problemas de seguridad. Los puertos son vulnerables a las amenazas de seguridad, incluidos los robos, el contrabando y el terrorismo. Garantizar la seguridad tanto de las instalaciones como de la carga y el personal es de vital importancia. Los puertos deben invertir en medidas de seguridad robustas, como sistemas de vigilancia, control de accesos y escaneado, para mitigar estos riesgos.

Normativas ambientales. Los puertos se enfrentan a la creciente presión de cumplir la normativa y reducir su impacto ambiental. Por ejemplo, los estándares más estrictos de emisiones exigen a los puertos invertir en tecnologías más limpias, como combustibles bajos en azufre o sistemas de energía en tierra para los buques. Esto puede ser costoso y demandar importantes modificaciones en la infraestructura.

Incrementando los volúmenes del contenedor. La industria del transporte marítimo ha sufrido un aumento constante en los volúmenes de los contenedores durante años, favorecido por el crecimiento del comercio internacional. Gestionar el número creciente de contenedores de forma eficiente es un auténtico desafío para los puertos, ya que exige suficiente capacidad de almacenamiento, una coordinación fluida y una gestión eficiente del manejo de los contenedores.

Conectividad intermodal. La conectividad eficiente entre puertos, carreteras, ferrocarriles y otros medios de transporte es crucial para el movimiento fluido de cargas. Una infraestructura intermodal limitada o ineficiente puede generar retrasos, atascos y mayores costes de transporte.

Ralacionado con el clima. Los problemas en las operaciones causados por condiciones climáticas extremas, como los tornados, las lluvias torrenciales o las tormentas de nieve, son motivo de creciente preocupación y muchos puertos no están preparados para soportar estos fenómenos.

Relacionado con la pandemia. Hemos visto cómo durante la pandemia del COVID, algunos puertos interrumpieron o redujeron gravemente sus operaciones debido a las restricciones impuestas por la pandemia y a la falta de personal.

Conclusión

Los numerosos retos a los que se enfrentan los puertos ponen de relieve la complejidad y la naturaleza dinámica de la logística marítima global. Aunque es difícil cuantificar con precisión el impacto económico y ecológico de estas disrupciones, las estimaciones están en torno a los miles de millones de dólares al año.

Sin embargo, en medio de estos retos, la transformación digital es un rayo de esperanza. El uso de plataformas digitales avanzadas con capacidad predictiva y prescriptiva ofrece una esperanza para resolver muchos de estos problemas. Mediante la adopción de estas tecnologías, los puertos pueden optimizar las operaciones, mejorar la conectividad intermodal y responder de forma efectiva a los desafíos del medioambiente.

Las herramientas digitales pueden optimizar la logística, mejorar la seguridad, habilitar los puertos para adaptase más rápido a las circunstancias en continuo cambio. El camino es claro: adoptar la transformación no es opcional, sino un paso fundamental para garantizar la eficiencia, resiliencia y sostenibilidad del tráfico marítimo.

Para saber más, visita nuestra página de transporte azul


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