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Cognizant blog

La economía circular será un elemento crítico de la próxima era de “cero emisiones netas”. Las organizaciones con visión de futuro deberían ya establecer las bases para la sostenibilidad que demandan los clientes.

Hoy sólo un tercio de los directivos de Europa y Norteamérica identifica la sostenibilidad como muy importante para las operaciones del negocio como revela el estudio “La ‘fiebre verde’: el imperativo económico de la sostenibilidad”, realizado por el Centro para el futuro del trabajo de Cognizant junto con MindForce Research. Pocas organizaciones se preocupan por qué ocurrirá con sus productos una vez puestos a la venta. Sin embargo, el activismo verde espoleado por figuras como Greta Thunberg ha favorecido una conciencia colectiva que, cansada de la cultura del ‘usar y tirar’ y su nefasto impacto en el entorno, demanda la adopción de prácticas de negocio sostenibles.

Una nueva mirada al ciclo de vida de los productos

Los modelos de negocio circular minimizan los residuos, alargan el tiempo de uso de los productos y reincorporan los materiales al ciclo de vida de los mismos.  Cada vez más los consumidores demandan este tipo de gestión de las compañías con la que hacen negocios.

De hecho, se prevé que, en 2025, más del 40% de los consumidores alineará su comportamiento de compra para apoyar a aquellas empresas que demuestran prácticas sostenibles como los modelos de negocio circular.

Además de la demanda creciente de sostenibilidad por parte de los consumidores, otros factores como las disrupciones en la cadena de suministro/supply chain, la legislación ‘verde’, los impuestos al carbono, la economía del servicio y la preferencia del consumidor por modelos de propiedad parciales o temporales están llevando a la era de lo desechable a la extinción. Todas estas tendencias están favoreciendo que repensemos los ciclos de vida de productos tradicionales.

 

Como recogemos en nuestro último libro electrónico “The Future of Us”, se necesitan nuevas formas de colaborar en la cadena de suministro para que las empresas adopten modelos circulares que cumplan con sus objetivos de sostenibilidad. Las herramientas que lo hacen posible- el internet de la cosas (IoT), el “todo como servicio” (XaaS) y la inteligencia artificial (IA), entre otras- son ya potentes y cada vez lo van a ser más.

De lo lineal a lo circular

Tres acciones que las empresas deben adoptar para dejar atrás la economía lineal y adoptar la circular:

1) Incluir la reutilización en el modelo de negocio.

Para mantener la competitividad en la era de las emisiones netas cero, las empresas deben, primero, entender la economía circular para luego ‘abrazarla’, pero deben hacerlo de una manera visible y auténtica para evitar las acusaciones de ser simples lavados de imagen. Están surgiendo programas de gestión de producto en todo el mundo, desde grupos de WhatsApp de “intercambio y venta” a movimientos liderados por organizaciones como Circular Hub de IKEA, e iniciativas gubernamentales como las estrategias nacionales en Francia y  Países Bajos.

Hoy las empresas innovadoras ya identifican oportunidades en su migración a la circularidad. Back Market, start-up con sede en París que opera una plataforma de marketplace para dispositivos electrónicos reacondicionados, ha alcanzado una valoración de 5.700 millones de dólares, lo que la convierte en la  start-up de mayor valor de Francia. Y la estrategia circular de Schneider Electric ayudó a la compañía a evitar 157.000 toneladas de consumo de recursos primarios en 2020.

El mercado de segunda mano para la telefonía móvil muestra la oportunidad que tienen las empresas de conservar gran parte del material y la energía utilizada para fabricar sus productos. También indica los cambios que se necesitan en el modelo de negocio para aprovechar la oportunidad que se avecina. Hablamos de nuevos procesos y sistemas que ayudan a los consumidores cuando los productos se desgastan, se acercan a la obsolescencia, fallan o dejan de proporcionar una buena experiencia.

Se necesitará valentía para migrar de modelos de negocio lineales a circulares. Pero a medida que la era de cero emisiones netas evolucione, sólo será una de las muchas nuevas formas en las que trabajaremos, crearemos e interactuemos para priorizar resultados empresariales, sociales y medioambientales sostenibles.

 

 

2) Ampliar la cadena de valor.

Las empresas necesitan una colaboración más profunda en toda la cadena de valor para desarrollar productos que se puedan gestionar durante todo su ciclo de vida. Los residuos en un extremo de la cadena de valor pueden ser recursos en el otro extremo. Por ejemplo, los neumáticos desgastados pueden ser utilizados para construir los suelos acolchados de los parques infantiles.

La cadena de valor también se puede extender más allá de la venta del producto, hasta llegar al consumidor. Los sensores de IoT integrados en los productos favorecerán la aparición de modelos XaaS, en los que los fabricantes de productos conservan la responsabilidad del producto durante su ciclo de vida. Con XaaS, los proveedores están más capacitados y mejor equipados para ampliar el ciclo de vida del producto a través del mantenimiento proactivo y las reparaciones, e incorporar medidas de reutilización, reacondicionamiento y reciclaje.

3) Explorar el pensamiento sistémico.

Para aquellos que tiene un visión más amplia de la cadena de valor, el pensamiento sistémico o systems thinking es un paso habitual e, incluso, inevitable. En la medida que está relacionado con el negocio, el término es un enfoque de gestión y de operaciones en el que las alternativas y decisiones se analizan en base a sus consecuencias sistémicas potenciales. Las decisiones se toman con un equipo en mente y el impacto en el departamento como un todo: la unidad de ngocio, la organización, los clientes, los proveedores y el entorno.

El pionero del pensamiento sistémico, Ellen MacArthur reunió todo el conocimiento inestimable de sus viajes sobre la naturaleza interrelacionada de sistemas que, a primera vista, parecen inconexos.  El poder y la inteligencia creciente de los ordenadores y las redes actuales nos permiten entender estas interrelaciones como nunca.

Comprender las posibilidades implícitas en los modelos de negocio circular requiere la colaboración entre múltiples actores de dentro y de fuera de la organización. Ésta es la razón, por la que de nuevo necesitamos el pensamiento sistémico. Si cuantificamos todas las transacciones involucradas en la cadena de suministro a la hora de fijar el precio del producto final o creamos nuevos servicios u oportunidades alrededor del producto, alargando su ciclo de vida, las empresas necesitarán coordinar sus acciones y decisiones con terceros dentro del ecosistema.


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