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Cognizant Blog

El cambio climático ha puesto sobre la mesa la ‘urgente’ necesidad de cambiar hábitos de consumo y producción. La concienciación de que los recursos son finitos y que la acción del hombre tiene un efecto en el planeta tal y como lo conocemos deben ser el punto de partida para abordar la sostenibilidad también de las actividades englobadas dentro de la llamada ‘economía azul’.

Se entiende por economía azul cualquier actividad económica relacionada directa o indirectamente con los océanos, los mares y las costas. Entre las industrias que engloba, están la biotecnología, la pesca, el transporte marítimo, el turismo regenerativo, la acuicultura o la generación de energías renovables, entre otros. Solo en España, la economía azul representa el 5% del empleo y el 3% del valor añadido bruto del conjunto de la economía y su potencial de crecimiento coloca a nuestro país a la cabeza de Europa.

La pesca excesiva, los plásticos y el calentamiento del agua, entre otros factores, ponen en serio peligro estas industrias que deben asumir un cambio en el uso y la gestión de los recursos que garanticen la sostenibilidad futura del ecosistema marino.

Los océanos producen más de la mitad del oxígeno que respiramos, absorben más del 30% del dióxido de carbono que generamos y actúan como reguladores climáticos. Sin mencionar que son sistemas de provisión y abastecimiento de alimentos, recursos naturales y farmacológicos o medicinales, así como de intangibles, como el turismo.

Aun así, los mares y océanos han sido los grandes olvidados de la crisis climática. Prueba de ello son los casi 20 años de negociaciones del Tratado Global de los Océanos. El acuerdo que han firmado cerca de 200 países tiene como objetivo  contrarrestar las tendencias destructivas que ponen en riesgo la salud de los océanos y  proteger el 30% de estas superficies en 2030 frente al 7% actual.

S.O.S

Se estima que cada año se vierten al mar 8 millones de toneladas de plásticos, lo que equivale a 800 torres Eiffel, y aproximadamente 2,5 millones de toneladas de petróleo y sus derivados, con el impacto que esto tiene en la biodiversidad marina y, en última instancia, en la salud humana. Hay claros indicios de que los mares y los océanos no pueden resistir esa contaminación y de que si no se gestionan serán irreversibles y realmente perjudiciales para la vida humana y de otros seres vivos. Según la revista Nature, las especies marinas están desapareciendo a doble velocidad que sus homólogas terrestres. Y otros estudios revelan que, si no se actúa ya, es probable que dentro de 20 años el 90% de los arrecifes tropicales haya desaparecido y casi 500 millones de personas, que dependen de los mares y los cocéanos para alimentarse y obtener ingresos, sufran las consecuencias.

La contribución de Cognizant

Cognizant es una empresa con un ADN sostenible, que persigue la preservación del planeta en todas sus actividades y en la de sus socios. Su estrategia cero neto, su oferta de servicios de sostenibilidad y su recién creada unidad de negocio específica para la economía azul, Cognizant Ocean, son un claro ejemplo del compromiso de la compañía con el cuidado y la conservación del medioambiente.

En colaboración con Tidal, Cognizant Ocean lanza una primera solución de tecnología digital, que combina sensores, IA, automatización, aprendizaje automático (machine learning) y cámaras submarinas, que permite a las piscifactorías obtener información de valor que les ayuda a tomar decisiones más inteligentes, crear operaciones resilientes y operar de forma eficiente.

Con ella, Cognizant Ocean sienta las bases para ayudar a las industrias de la economía azul a producir bienes y servicios haciendo un uso sostenible de los recursos y protegiendo el entorno. 


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