¿Qué es una smart city?
Tradicionalmente, una ciudad inteligente es aquella que ha desplegado miles de sensores o cientos de paneles solares en los tejados. Ahora, las ciudades deben ser inteligentes y estar preparadas para el futuro.
Hoy en día, una ciudad inteligente es aquella que ha sentado las bases para ser resiliente frente a los desafíos y adaptable a los cambios sociales y económicos.
El 5G desempeñará un papel importante a la hora de materializar el concepto de ciudad preparada para el futuro. La latencia ultrabaja, las velocidades vertiginosas, el gran ancho de banda y la confiabilidad a prueba de fallos de esta tecnología prometen dar nueva vida a las capacidades tecnológicas de las que dependen las ciudades, al tiempo que brindan mejoras en la calidad de vida.
Hay seis imperativos clave que guían la implementación de una ciudad inteligente:
1. Desarrollar ecosistemas de tres partes en los que las ciudades, los proveedores de infraestructura y los integradores de tecnología colaboren en ideas, capacidades, tecnologías y financiación para una visión preparada para el futuro.
2. Garantizar que los ecosistemas fomenten relaciones mutuamente beneficiosas y fomenten la experimentación. Esto crea un entorno que apoya la innovación y la colaboración al tiempo que permite iniciativas que sientan las bases para las ciudades inteligentes.
3. Centrarse en soluciones individuales que se vinculen con una base compartida. En lugar de implementar una solución totalmente integrada que cubra múltiples casos de uso en una implementación a gran escala, es más eficaz priorizar iniciativas específicas que se basen en soluciones anteriores. Esto permite agilidad y adaptabilidad en el proceso de implementación.
4. Adoptar tecnologías emergentes de alto impacto. La tecnología (automatización, inteligencia artificial, vehículos eléctricos, análisis de datos, tecnologías móviles y computación en la nube) se ha considerado durante mucho tiempo vital para las ciudades inteligentes. La latencia, las velocidades y el ancho de banda del 5G aumentarán su valor. Mientras tanto, las tecnologías emergentes, como los gemelos digitales y el blockchain, pueden servir como una base sólida para iniciativas preparadas para el futuro.
5. Compartir datos con múltiples partes interesadas. Los datos de alta calidad son un requisito para las ciudades inteligentes, pero estos datos deben ser accesibles a las partes interesadas relevantes. Las restricciones al intercambio de datos limitan las oportunidades de mejorar los servicios públicos, el desarrollo económico y la vida de los ciudadanos. También minimizan la colaboración y obstaculizan la implementación de una estrategia preparada para el futuro.
6. Priorizar las preocupación por la seguridad y privacidad. A medida que las ciudades inteligentes dependen de la recopilación de datos, existe un creciente temor sobre la ciberseguridad y la posible vigilancia ciudadana. Los socios deben reconocer y abordar las preocupaciones sobre la utilización de datos dentro de las ciudades y su ecosistema.
Al adoptar una estrategia impulsada por el ecosistema, las ciudades, los integradores de tecnología y los proveedores de infraestructura pueden superar los desafíos y prepararse para una transformación preparada para el futuro.